Llegó el 23, abril, día del libro, no nos quisimos perder la oportunidad y nuestros y nuestras niños y niñas, se pusieron a la faena, íbamos a celebrar el concurso de los refranes ilustrados.
Con mucho esmero y buen hacer se preparó el escenario donde, horas más tarde, se iba a hacer la entrega de todos los trabajos, para luego, debidamente ordenados, presentarlos a todos: participantes, maestros, curiosos, y una larga lista de gentes...
Fuimos pasando, primero unos luego otros, infantiles, grandes...
Allí se veían mil pájaros en mano y ninguno volando, caballos regalados de dientes descomunales, árboles que daban buena sombra, el eterno consejo de no dejar cosas sin hacer, caras que intentaban arreglar el mal tiempo... plasmados en media cartulina, algunos, más ligerillos, se pillaron la cartulina entera...
Ahora quedan expuestos, para que todo el que quiera lo mire, remire y repase, y, en un si quiere, se los aprenda de memoria; ya haremos el sorteo, y premiaremos los mejores, que son todos...
Nos quedó precioso !
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